Costavía

El conjunto de tres torres se está construyendo en etapas.

REMATE. Los amenities están en los últimos pisos para liberar la planta baja.

AMPLITUD. Todas las unidades poseen amplias terrazas y aventanamientos corridos.

“Las tres torres ocupan casi media manzana, cuya planta baja estará totalmente abierta, con una plaza y usos comerciales”, describe Gagliardo. Para liberar el cero, los amenities de las torres están en el remate y las cocheras en subsuelo.
Esa plaza pública a cielo abierto tiene canteros, equipamiento urbano, comercios y calles compartidas por peatones, bicicletas y el paso circunstancial de motos y automóviles (emergencias, deliveries, taxis). Se priorizó la circulación peatonal y las interrelaciones sociales en el espacio público.
“Se trata de un nuevo espacio social para la ciudad, complementando la vida del barrio. Toda esta multiplicidad de usos y la confluencia de personas en diferentes horarios y con perfiles distintos, brinda además seguridad al entorno mediato e inmediato, posibilitando la voluntad de mantenerlo abierto”, acota el proyectista.
Costavía es un desarrollo de Obring y Rosental. Está emplazado en la esquina de Av. Rivadavia y Rodríguez, en un predio de más de 4.000 m2 ubicado en el borde del tejido urbano de Rosario, frente al parque y al río Paraná. Es la primera obra del área que surge de un convenio urbanístico para la construcción de torres en el frente costero de Pichincha. El complejo de usos mixtos combina viviendas y oficinas con comercios y servicios.
Dos de las torres, de 25 pisos y frentistas a la avenida, están compuestas por departamentos de dos, tres y cuatro dormitorios. Una tercera torre, sobre la calle Rodríguez, se compone de lofts y departamentos de un dormitorio; más un bloque bajo de oficinas y locales comerciales, de cuatro pisos de altura, articulando con la altura de Pichincha. Todos los departamentos cuentan con terrazas de uso exclusivo de generosas dimensiones y canteros laterales con plantas, lo que genera un marco verde a toda la obra.

Además, tienen un diseño moderno donde “se prioriza la flexibilidad de los espacios y la continuidad visual y espacial interior-exterior, mediante la ausencia de elementos estructurales y grandes paños vidriados de piso a techo”, explica Gagliardo.
Solo dos materiales se emplean para la totalidad del conjunto: hormigón a la vista y vidrio. Se propone un nuevo concepto de vida, una manera de vivir en constante relación con el exterior aprovechando las permanentes vistas del río e islas a través de las superficies vidriadas en todo el perímetro de las torres. También aportan a esta valoración del entorno, el tratamiento de las envolventes, especialmente las que dan al Este y Oeste, con mallas metálicas y enredaderas que nacen en canteros piso a piso y alimentan un gran muro verde que controla el ingreso de sol a las unidades.
El mismo concepto se traslada desde la planta baja, con su parquizado y forestación, a todo el desarrollo en altura de las torres, culminando en los pisos superiores. Allí, las terrazas verdes ocupan una superficie mayoritaria con abundante vegetación, arbustos y árboles.
En el remate de cada torre se plantea un gran abanico de amenities, sectores de uso común para los residentes: piscinas in-out, solarium, spa, gimnasio, salones de usos múltiples, cocinas con parrilleros y terrazas parquizadas con las mejores vistas panorámicas a la ciudad y al río.

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